
Como creyentes en el Eloha de Israel, es nuestro deber tener memoria. Con la migración de personas hacia varios lugares del mundo, por diferentes circunstancias, hoy en día es crucial tener presente lo que está escrito en la Torah, amar al extranjero y alejarnos de la xenofobia (odio al extranjero):
Devarim (Deuteronomio) 10:19
“Amad pues al extranjero, pues extranjeros fuiste en la tierra de Egipto”
Rashí dice de este versículo que “al haber sido oprimido y esclavizado posee una experiencia histórica”.
Muchas veces se ven comportamientos crueles e irresponsables con aquellos que llegan de otros países, de otras ciudades o poblaciones. Hay mucho regionalismo, y se logra ver el egoísmo y la mezquindad en las personas.
Y este versículo de la parashá Ekev, nos lleva a recordar otros más:
︎”Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto”
Shemot (Éxodo) 22:21
︎”Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”
Shemot (Éxodo) 23:9
︎”Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis”
Vaikrá (Levítico) 19:33
De estos versículos se puede aprender el no aprovecharse de aquellas personas que están en necesidad, darles un salario justo, un trabajo digno, precios justos, vivienda adecuada, no engañarlos, ni angustiarlos, no oprimirlos, sino, al contrario, valorarlos y ayudarlos.
En la Torá con Marcos Edery, nos dice que amar al extranjero significa considerarlo como uno de nosotros como expresa la Torá en Vaikrá 19:34: “como el nativo de vosotros, que reside con vosotros y lo amarás como a ti mismo; ya que extranjeros fuistes en la tierra de Egipto, Yo Soy Adonai vuestro Eloha”.
En la Torá con Rashí está escrito: “Pues ustedes fueron extranjeros. El defecto que está en ti no lo menciones a tú compañero. Debido a su condición de extranjero, usualmente carece de riquezas y es considerado por los demás como un individuo sin importancia y de menor condición social. Sin embargo para Di-s no es así; para Él, un prosélito, un extranjero, es importante en sí mismo. Además de amarlo deben abstenerse de denigrarlo, es como si dijera deberán amar al extranjero y no denigrarlo”.
Rashi nos comenta lo difícil que es estar en tierra extraña, nos habla de la compasión que se debe tener con el extranjero y la importancia de respetarlos y ser empáticos con su situación y necesidades.
Se que muchas veces no es fácil, porque siempre existirán las personas malvadas, los que andan con malas intenciones, y quienes se aprovechan de las circunstancias. Pero no se puede generalizar a todos, y se debe entender que el malvado es malvado sin importar su nacionalidad.
Roguemos a Hashem para que nos dé discernimiento, mucho cariño, y nos permita extender la mano con aquellos que verdaderamente lo necesitan. Siempre recordando “Amad pues al extranjero, pues extranjeros fuistes en la tierra de Egipto” . Por las enseñanzas que nos da El Eterno en Su Torah, es nuestro deber abrir nuestro corazón y actuar con misericordia.
Esto es tan profundo, que nos lleva más aún a amar no solo al extranjero, sino a los propios, a los del mismo pueblo, al converso sincero en nombre de Di-s. Pues a ellos tampoco se les debe oprimir, ni rechazar, ya que Hashem ha creado a toda la humanidad con la intención que se acerquen a Él con corazón sincero.
El Midrash nos dice que “debemos ser bondadosos con todos, ya que es nuestra obligación demostrar amabilidad especial hacia cualquier extraño entre nosotros. Debemos esforzarnos en ayudar a cualquier visitante y hacerlo sentirse como en casa”.
Hashem nos ayude a dar testimonio fiel de Sus bondades y de Su amor para el mundo entero.
Shalom Ubrajot