
Cuándo alguien de tú familia hace algo por ti, ¿eres capaz de ser agradecido? ¿Reconoces lo que forjan para ti?
La falta de agradecimiento y reconocimiento hacia los demás, puede llevar a la persona a no mostrarse conforme ni agradecer los favores, los milagros y los beneficios de Di-s en su vida. Solo piensa en los derechos, en lo que le corresponde, pero se olvida de sus obligaciones con el Eterno y con quienes le rodean.
Si una persona no agradece a quien tiene cerca y ve, mucho menos a quien no ve, por esto no recuerda hacerlo con el Creador. La persona simplemente cree que merece todo lo que tiene, pero no se detiene a pensar que hay un Ser superior que le concede todo.
Agradecer a Hashem y a los más cercanos debe ser primordial en la vida. Sin embargo, muchos están lejos de eso.
Se ve en todas las relaciones, pero hoy me gustaría que reflexionáramos en el ámbito familiar. Eso sucede en las relaciones entre los padres y los hijos cuando no se llevan bien por la falta de agradecimiento. Esto puede generar daño en las relaciones, frustración, quebrantamiento, desconfianza, rebeldía.
La solución es muy sencilla; simplemente agradecer lo que él otro hace por ti, tanto los padres hacia los hijos, y los hijos hacia los padres, porque todo se debe hacer sin ningún tipo de interés y sin esperar algo a cambio. Así mismo los padres no deben aprovecharse de sus hijos. En Efesios 6:2-4 nos dice: “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y los mandamientos de Hashem”. Esto está escrito también en las 10 palabras en Shemot (Éxodo) 20:12 y Devarim (Deuteronomio) 5:16.
Como vemos, está debe ser una relación de agradecimiento recíproco en las familias. Muchas veces esto se olvida en el hogar y los miembros creen que todo se debe hacer por obligación y no se agradecen los esfuerzos del otro. Como mencioné anteriormente, no todo son derechos; se deben recordar también las obligaciones con el prójimo y con los más cercanos, es decir, la familia. Es importante también reconocer y agradecer al cónyuge, a los maestros y a quienes hayan otorgado algún bien.
Pero lo más importante es reconocer y agradecer que todas las cosas y bondades provienen de la mano poderosa de Hashem.
En el Sefer HaJinuj (el libro de la educación) dice: “Cuando fije esta cualidad (el agradecimiento) en su alma, reconocerá el bien que Hashem le da. Le otorgó sus necesidades durante su vida, lo mantuvo sobre sus miembros y le entregó un alma inteligente sin la cual sería como un animal que no entiende. De esta manera, meditará la persona cómo debe cuidarse en servir a Su Creador”.
¡Shalom Ubrajot!